Un año mas cumple la Ley Hipotecaria del 2007 que define las condiciones legales de la hipoteca inversa. Eran otros tiempos, aquellos en los que la vivienda no bajaba, los deshaucios no aparecían en los programas de televisión y la mayoría de las cajas no habían sido liquidadas unas, reconvertidas en banco otras.
La idea en principio es buena y concordante con nuestros países de nuestro entorno. Si tu pensión no es muy buena, no dispones de mayor patrimonio que la vivienda y la satisfacción de tus herederos no es una prioridad, ¿por qué no convertir la casa en dinero si me garantizan que podré vivir en ella hasta que me llegue la hora fatal?
Pero en 2014 hemos vivido otro año más de crisis y tal vez por su excesiva duración, tal vez por unas cifras de paro que parecen indomables, cuesta creer al Ejecutivo cuando afirma que este periodo ha terminado. Lo que si parece haber terminado es la existencia de la hipoteca inversa en el sector bancario.
Unos dicen que al banco no le interesa, que es un marrón legal y que ya tiene suficientes casas embargadas por vender en un sector inmobiliario saturado. Otros que al cliente no le convence, que no le da seguridad eso de vivir en una casa de la cual es menos propietario mes a mes, y que se crea un conflicto de intereses entre la esperanza de vida y la deuda acumulada. Mucha presión para vivir tranquilo la última etapa.
Que hayamos encontrado sólo la Kutxa ofrece la hipoteca inversa dentro del sector bancario (empresas que prestan dinero depositado por otros). El casi 100% del mercado de la hipoteca inversa parece ser acogido con alegría por parte de las EFC (financieras que prestan un dinero suyo, que no procede de terceras partes). |